Ancestors of Saul M. Montes-Bradley

Notes


4. Saúl Mariano Arturo Montes-Bradley , statistician

Funeral Oration delivered by Dr. Anibal Jorge Taborda during the funeral of Saul M. A. Montes-Bradley, on 22 November 1945 at the Cemetery of San Salvador:

"Saul Montes ha muerto. Golpe más rudo, no podía asestarnos la vida a quienes fuimos sus amigos. Qué designio cruento y grave, se cierne en la altura feliz de estos seres admirables?
Qué piedra se interpone en el curso de estos manantiales de bondad?
Qué fuerza es la que apaga el hermoso sol que iluminó a esta primavera del alma; a este amnojo de sentimientos, a este hermoso equilibrio de inteligencia y lucha; de milagrosa paz interna?
Cual es el dardo que dá en este blanco; campeón de los afectos y las alegrías, ruidoso niño grande; noble, bueno; que nos buscaba siempre para vivir gozando nuestros triunfos, y ofrecernos la totalidad de sus fuerzas y sus luces?
Capeó sus mil problemas, arma en mano, sin desfallecer nunca en la carrera, llevando siempre en su cerebro un nuevo plan futuro, que en la inmensidad de su concepción y en la seguridad de su existencia, pasó siempre mas allá de lo común y lo mediocre.
Y así, lindó este santo de la amistad, los peldaños mejores de las mas razonadas ideas; de las mas serias investigaciones; de las teorías mejor fundadas; enseñando - acaso sin advertirlo - a quienes creían ya que nada les faltaba aprender.
Risa franca la suya, cuantas veces tuvimos que buscarla, para mejor andar hacia adelante!
Privilegiada mente, que tantos sinsabores nuestros apartó; sensible corazón que hoy ha fallado, excedido en su marcha de bondades, gastado ya de tanto haberlo dado....
Compañero de horas y de siglos; infatigable alquimista del tiempo, al que sólo la afectuosa charla franca del amigo, pudo poner paréntesis....
Motor potente de pujante vida; enorme maquinaria productora; magnífico engranaje de las útiles cosas existentes. Fué también diminuto reloj de chiquilines, alegre cascabel de sus pequeños, de quienes supo ser padre y amigo.
Demócrata sincero, murió anhelando para su patria, el sueño de Argentina toda: Libertad, y no ataduras.
Esto fué Saúl. Mas... no nos deja. El sabe con nosotros que este es un mero juego de los horarios: Ayer, un segundo, nos pareció un siglo al no tenerlo; ahora, un siglo, nos resultará un minuto para recordarlo.-"


© 1995-2001, Saul M. Montes-Bradley